domingo, 21 de septiembre de 2008
domingo, 17 de agosto de 2008
Mis 32 años de servicios
¡¡Esto no lo cambia nadie!!, son las palabras que escuche de un compañero de trabajo, cuando ingresé a prestar servicios en EsSalud, estas palabras las repetía constantemente, las cuales yo escucha con cierto malestar. Que !hombre para más pesimista!, talvez sean los años que tiene trabajando lo que lo han puesto así, o sencillamente, no hace nada para que las cosas mejoren. Es lo que pensaba.
Han transcurrido 32 años, que son los que tengo trabajando en dicha institución (cuando ingresé a trabajar se llamaba Seguro Social del perú, por obra de Velasco, luego, con Morales Bermudes Cerrutti, se le cambió de nombre a Instituto Peruano de Seguridad Social, y con Fujimori, actualmente se denomina EsSalud), me tropiezo con la ingrata realidad de que las cosas, no obstante el tiempo trnascurrido, siguen igual; y esto por qué, porque al igual que en el gobierno militar, los aribistas enrolados en SINAMOS, coparon el aparato estatal, y la mayoría de ellos, sin saber leer ni escribir. En el caso de los políticos, después del gobierno militar, con los correligionarios, el primer gobierno de los compañeros, luego con los fujimontesinistas, y actualmente con el segundo gobierno de los compañeros, se les dio trabajo, de manera exclusiva a sus partidarios.
No está mal que les den trabajo, lo que está mal, es que, habiendo ingresado con la recomendación del partido de gobierno, hacen lo que quieren. Las leyes para ello no exiten, las violan cuando les viene en gana. Muchos de ellos crean sus empresas, pero siempre utilizando testaferro, y hacen negocio con la entidad en la cual trabajan. Otros, llaman a sus amigos para que hagan obras civiles o comprarles lo que sean, a cambio de la conocida "coima". Se rodean de gente sin escrúpulos (aquellos mercenarios que se acomodan al partido que llega al gobierno), para colocarlos en puestos claves, para que les cubran todos sus latrocinios. Es gente que se cree que ha nacido sólo para ser jefes, se aprovechan para hacer ingresar, por medio de los servis, a sus familiares: Hermanos, hijos, cuñados, yernos, amantes, etc.
Creo que para empezar, está bien por hoy. Desarrollaré carda uno de los temas tratados en esta pequeña introducción.
Hasta pronto.
José Alberto
Han transcurrido 32 años, que son los que tengo trabajando en dicha institución (cuando ingresé a trabajar se llamaba Seguro Social del perú, por obra de Velasco, luego, con Morales Bermudes Cerrutti, se le cambió de nombre a Instituto Peruano de Seguridad Social, y con Fujimori, actualmente se denomina EsSalud), me tropiezo con la ingrata realidad de que las cosas, no obstante el tiempo trnascurrido, siguen igual; y esto por qué, porque al igual que en el gobierno militar, los aribistas enrolados en SINAMOS, coparon el aparato estatal, y la mayoría de ellos, sin saber leer ni escribir. En el caso de los políticos, después del gobierno militar, con los correligionarios, el primer gobierno de los compañeros, luego con los fujimontesinistas, y actualmente con el segundo gobierno de los compañeros, se les dio trabajo, de manera exclusiva a sus partidarios.
No está mal que les den trabajo, lo que está mal, es que, habiendo ingresado con la recomendación del partido de gobierno, hacen lo que quieren. Las leyes para ello no exiten, las violan cuando les viene en gana. Muchos de ellos crean sus empresas, pero siempre utilizando testaferro, y hacen negocio con la entidad en la cual trabajan. Otros, llaman a sus amigos para que hagan obras civiles o comprarles lo que sean, a cambio de la conocida "coima". Se rodean de gente sin escrúpulos (aquellos mercenarios que se acomodan al partido que llega al gobierno), para colocarlos en puestos claves, para que les cubran todos sus latrocinios. Es gente que se cree que ha nacido sólo para ser jefes, se aprovechan para hacer ingresar, por medio de los servis, a sus familiares: Hermanos, hijos, cuñados, yernos, amantes, etc.
Creo que para empezar, está bien por hoy. Desarrollaré carda uno de los temas tratados en esta pequeña introducción.
Hasta pronto.
José Alberto
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